Desorientando al resto

Ya no hace falta ni un ordenador para ver que los lusers no saben ni donde viven, y ahora viene el porqué del asunto, no os preocupéis si no os ha pasado, pero si os pasa, analizad la situación y una de dos :

La primera y más razonable.
Te llamas subnormal a tí mismo en voz alta y pides un psicólogo porque ya no sabes ni lo que haces.

La segunda y no tan razonable pero más efectiva.
Te das coscorrones contra la pared hasta que la pared simplemente se caiga o caigas inconsciente.

Resulta que allí, el tugurio que llamamos departamento de informática, es una sala cuadrada la cual por una de las esquinas tiene una breve obertura sin puerta por la se entra en susodicho tugurio, no tiene muebles y se ven las cuatro paredes, tres de ellas cerradas y la última como no, con la obertura para entrar y salir de la sala, pues bien, estoy tecleando cuando de repente, entra un bicharraco de 2 x 2 muy nervioso ( a saber de qué será ese nerviosismo y la siguiente reacción..... ) y mira a mi compañera, le hace dos preguntas en las cuales entiendo únicamente el punto final, porque simplemente se calla esperando respuesta, la compañera le contesta con lo que cree haber escuchado y éste se va en sentido contrario por donde ha entrado sin mediar palabra alguna, se mete detrás del rac, detrás del sai ( están al lado contrario de la "entrada", en la esquinilla ) y empieza a buscar algo, sale, nos mira, se vuelve a meter entre los dos trastos y vuelve a salir, nos mira con una cara de que le han quitado algo, de que ha perdido media vida o de que lo van a matar ipsofacto, y pregunta :

- POR DONDE HE ENTRADO ?

La cara se me desencaja, las de los demás del departamento se escuchan caer, le señalamos el agujero de 12 x 12 que tenemos para entrar, que lo tenía justo al lado contrario de donde había ido y se va sin mediar palabra.

Yo aún sigo pensando que lo hizo adrede para ver nuestra reacción, pero vamos, que es lo último que esperaba en este mundo, que en una sala cuadrada preguntes por donde se sale.